La mejor maleta para equipaje de mano
Pocas cosas hacen tanta ilusión como aprovechar unos días libres para hacer una escapada. Preparar el destino, los itinerarios, los billetes de avión… y la maleta. Si vamos a viajar con equipaje de mano, seguro que estos consejos os serán útiles a la hora de elegir la mejor maleta.
Cuando sólo vamos a estar fuera unos días, lo mejor es viajar con equipaje de mano. Así, nos ahorraremos facturar, esperar a que salga la maleta, arriesgarnos a que se pierda…
En estos casos, lo mejor es no salirse de lo clásico, y buscar una bolsa con medidas 55x40x20 centímetros. La mayoría de las compañías aceptan estas maletas en la cabina. Incluso las low cost.
¿Cuál me viene mejor?
Elegir una maleta no es una tarea tan sencilla como puede parecer. El primer factor a tener en cuenta será, por supuesto, el precio. Pero no es necesario que sea especialmente cara para que se ajuste a nuestras necesidades.
¿Rígida o flexible?
La mayoría de las maletas rígidas están hechas de policarbonato o de polipropileno. Son dos materiales fiables, aunque caros. Tampoco ayuda que no son las más cómodas, puesto que resulta más difícil encajarlas en espacios reducidos.
Las maletas de tela, en cambio, tienen precios más asequibles. La parte mala es que los materiales pueden ser permeables al agua, y si en algún desplazamiento se mojan, nuestras pertenencias lo pagarán.
¿Con o sin ruedas?
Sea la maleta que sea, rígida o de tela, es conveniente que lleve ruedas. Y es que aunque vayamos a llevarla colgada de la espalda, lo mejor es que en algún momento la dejemos descansar tirando del equipaje.
Las rígidas suelen llevar cuatro ruedas que giran sobre un eje vertical. Si vamos a viajar con bastante peso, puede resultar muy cómodo. No obstante, si tenemos que caminar sobre adoquines o pavimento irregular descubriremos que no son cómodas.
Lo idóneo son dos ruedas fijas traseras, con la posibilidad de girar sobre el mismo eje e insertadas en la maleta. Así conseguiremos que no limiten el espacio del equipaje. Si, además, las ruedas son de goma, el traqueteo será menor.
Por supuesto, cualquier maleta con ruedas debe llevar una barra de la que poder tirar. El largo ideal es el superior a un metro, de forma que no nos tengamos que encorvar para tirar de ella.
También debe contar con un buen juego de asas laterales y frontales. Así, cuando las condiciones no permitan utilizar las ruedas, podremos levantar cómodamente el equipaje. Si, además, cuenta con asas para llevarla como un mochila, será aún mejor.
La seguridad
Parece una leyenda urbana, pero no lo es: en ocasiones, desaparecen objetos del interior de las maletas. Por eso, la voz de la precaución llama a tener una cremallera resistente, y con orificios coincidentes. Así, podremos poner un candado, lo cual reducirá las posibilidades de que alguien la abra.
El interior
Parece que solo se habla de las características exteriores de la maleta, pero las interiores no son menos importantes. Tanto, que puede ser fundamental que tenga muchos compartimentos en su interior. Así podremos ordenar todo lo que llevemos, maximizando el espacio.
Además, debe contar con medidas para proteger lo que hay en el interior. Si bien en el caso de las maletas rígidas suelen ir más protegidos, en el caso de las flexibles deben estar adecuadamente acolchadas. De ese modo protegerán el interior de golpes.
El tamaño idóneo
Si bien muchas maletas se ciñen a las medidas exigidas por las compañías, ese no tiene que ser necesariamente el tamaño del interior. Puede ser porque las ruedas sobresalen o porque el diseño sea deficiente. Otras maletas, en cambio, cuentan hasta con una cremallera que puede ampliar el espacio. Así, si la compañía con la que volamos es menos exigente, contaremos con un espacio extra.
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